Entrevista a Antonio Carrizo, en «Por los laberintos del ajedrez»

Una tarde de octubre de 2001 nos acercamos a Radio Rivadavia con el propósito de entrevistar al popular Antonio Carrizo, uno de los locutores con más prestigio en nuestro país, ya que su labor en el campo de la cultura excede con creces el ámbito de su profesión. Una de sus pasiones, tal vez la menos conocida por el público, es el ajedrez. A través de su vida llegó a presidir la Federación Argentina, y se relacionó con varios de los mejores jugadores de la historia: Najdorf, Euwe, Fischer y otros. En el siguiente reportaje, los lectores podrán apreciar sus conocimientos y profundas reflexiones sobre nuestro milenario juego.

Por Marcelo Reides y Gustavo Águila, extraído del libro Por los laberintos del Ajedrez.

01-carrizo-1-¿Cómo se acercó al ajedrez?

-Al ajedrez yo me acerqué como millones de personas en el mundo, siguiendo las partidas que aparecían en los diarios. En ese camino de la facilidad para entender el mundo del ajedrez nos iniciamos en la lectura lúdica. En Argentina leíamos las páginas de Leoplán y los comentarios de dos grandes periodistas y ajedrecistas como fueron Benito Villegas y Roberto Grau. Probablemente el ajedrez haya perdido a muchos aficionados cuando se pasó del sistema de anotación descriptivo al algebraico. Antes era mucho más fácil para el lector lego seguir las partidas. Cuasnicú y Quinteros me decían que el nuevo sistema es el que se usa en todo el mundo, pero resulta que este lector lee ajedrez pero no es del mundo del ajedrez, el nuevo sistema expulsó a los legos. Es como si los diarios comenzarán a publicar sus páginas literarias en inglés porque es el idioma universal.

Aprendí sólo, en Villegas donde el ajedrez se jugaba en algún bar o en un club, por lo general entre personas mayores. No había relojes, ni se anotaban partidas. Un día apareció un joven de Bahía Blanca, Floreal Carballo, fue a dictar algunas clases, dio unas simultáneas… Con la llegada de la bomba explosiva de Miguel Najdorf por el año 40 al club Sportivo me interesé aun más por el ajedrez.

-¿Cuál es la función del ajedrez en la escuela?

-Yo no creo mucho en la función social del fenómeno intelectual, pienso que el ajedrez cumple una función formativa en los alumnos. Si bien es cierto que el ajedrez desarrolla la inteligencia y es el deporte de la mente, también el fútbol desarrolla la inteligencia y en el boxeo tenés que pensar muy rápidamente porque si no te pegan una trompada. El ajedrez descolla porque es una enseñanza de la lógica, curiosamente el ajedrez como la música y la matemática son tres disciplinas que pueden ser jugadas por chicos y se dan casos de precocidad en las tres, porque tienen que ver con estructuras lógicas y nada impide que un chico sea Mozart o Fischer o Lasker.

499707382_7473d40999_o-¿A quién admiraba cuando se inició en su camino por el ajedrez?

-Siempre sentí una gran admiración por Capablanca, era cubano, hijo de españoles, había nacido en un país tropical muy sensual y erótico. Llegó aquí para defender su título de campeón del mundo con Alekhine, salía y lo iba a buscar Gloria Guzmán, famosa vedette, que le tocaba la bocina cuando estaba jugando. Paulino Monasterio me contaba que Capablanca lo hacía enojar a Alekhine porque llegaba muy despreocupado a jugar, si hasta llegó un día con los zapatos embarrados por jugar al tenis. Su forma de jugar era todo lo contrario del perfil que yo acabo de describir. Su ajedrez era lógico, armonioso, solía decir que el ajedrez era fácil si uno ponía las piezas en el lugar que corresponde. Alekhine en cambio tenía una personalidad más calma pero era mucho más luminoso y arriesgado en su forma de encarar las partidas.

Me hubiera gustado conocer a Capablanca, tengo maravillosos recuerdos de recuerdos de maestros que jugaron con él o lo conocieron. Capablanca analizaba tan rápido que tenía la mano llena de piezas, cuando salía de un salón sobrevolaba los tableros e indicaba el plan justo a golpe de vista. «Saquen la hojarasca, lo que sobra en esta posición y dejen tales piezas que son las mejores». Tuvo Alekhine y Capablanca, durante el Campeonato del Mundo, disputado en 1927. Partidas memorables, recuerdo una en el famoso match en que perdió el campeonato del mundo. Una suspendida en que hizo tablas. Cuentan que llegó al Club Argentino de Ajedrez el gran Alekhine y les dijo a los presentes que había visto más de 105 variantes y ganaba en todas. Capablanca llega sólo un rato antes del inicio pide una sala aparte para estar tranquilo y se queda analizando. Se presenta a jugar con su reloj ya avanzado, hace bailar a sus caballos y logra tablas. Tan brillante fue este final que la gran bailarina cubana Alicia Alonso hizo un ballet con esa posición y los movimientos desplegados por los caballos.

-¿Siendo presidente de FADA se relacionó con Max Euwe?

-Conocí también al ex campeón mundial Max Euwe, al que le regalamos un ajedrez artesanal de ébano y palo de rosa realizado por un ingeniero argentino que hizo 10 maravillosos juegos. Siendo él presidente de la FIDE, allá por el año 71, volamos juntos a la ciudad de Tucumán a la inauguración de un Torneo Panamericano por Equipos. Yo le preparé su discurso, y lo hice hablar de Mercedes Sosa, de Yupanqui y de su zamba Luna Tucumana. Euwe no tenía la menor idea de quienes eran, pero estaba muy contento porque la gente lo había aplaudido mucho.

-¿Qué nos puede decir de su relación con el genial Bobby Fischer?

-Bobby Fischer durante su estadía en Buenos Aires, en el match semifinal del Campeonato del Mundo con Petrosian, Fischer y Petrosian, en Buenos Aires 1971 estaba mucho tiempo conmigo. Acá había ganado buena plata, recuerdo que lo llevábamos a comprarse zapatos buenos, a hacerse trajes a medida, cortes caros, casimires ingleses realizados por uno de los mejores sastres de Bs.As.. Cuando fuimos a retirarlos Bobby se llevó un traje puesto, de repente dobla varios diarios y se los mete en el bolsillo, el sastre lloraba y lo quería matar. ¡Compraba tantos diarios! para leer los comentarios de las partidas de ajedrez… Me decía que el único comentarista bueno era Najdorf, y me dijo algo extraordinario refiriéndose a Miguel, (que se pasó toda su vida jugando al ajedrez) «es una lástima que no se haya dedicado al ajedrez», para Bobby dedicarse era entregarse por completo. Recuerdo la pasión de Fischer, él siempre andaba con sus tableros de encastre, y cuando cenábamos de repente lo sacaba y analizaba jugadas, mi señora me hacía cortarle los bifes para que siguiera comiendo mientras jugaba. Bobby se pasaba la vida con esos tableritos de cuero que se hacían acá, respiraba ajedrez.

Les cobraba sus entrevistas a todo el mundo menos a Radio Rivadavia. Salíamos desde Islandia, en el match que lo consagrara Campeón Mundial contra Spasski:

—Bobby ¿Cómo es Reykjavik? -le preguntábamos y él decía:

—¡Ah! Reykjavik es peor que Bahía Blanca.

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Carrizo y Borges

-Por los laberintos del ajedrez nos pasea por cuentos y leyendas. ¿Qué nos puede decir de la literatura relacionada con el ajedrez?

-Borges un día me dijo que estaba por escribir un cuento de ajedrez, y yo le dije: «mire yo sé que esta historia le va a gustar porque el personaje principal es un danés.» Borges me habló entonces de los daneses, de la valentía y el heroísmo de esos hombres de hierro. Le conté que el Gran Maestro Bent Larsen se dejó dar Jaque Mate en vez de abandonar porque el Gran Maestro Najdorf estaba jugando un final tan espléndido y brillante que no quiso evitarlo. Larsen tuvo ese gesto para que todos vieran la combinación de Najdorf y siguió hasta el mate final. «¡Ah que lindo!» me dijo, «entonces no voy a escribir mi cuento sobre el ajedrez, porque este cuento es mejor que el mío.»

 


Larsen vs Najdorf

Entrevista a Antonio Carrizo, en «Por los laberintos del ajedrez»