Max Euwe: ¡un aficionado campeón mundial!

Países Bajos, 1937. El match revancha por el título de Campeón del Mundo de ajedrez está en pleno apogeo. El campeón Max Euwe medita su próxima movida concentrado sobre el tablero. Frente a él, el retador Alekhine permanece sentado, acariciando a su gato siamés “Chess”, a quien tiene sobre la falda. Repentinamente, Alekhine se levanta, deposita al felino sobre la mesa y se retira. “Chess” se mueve lentamente sobre el tablero, husmeando las piezas. Euwe, sorprendido e incrédulo, lo mira por encima de sus anteojos, paciente…No hará reclamo alguno y aunque la escena volverá a repetirse en varias partidas, será tolerante y condescendiente con esta “chiquilinada” de su rival. ¿Falta de carácter? ¿Debilidad? Nada de eso. Como ya lo demostró al otorgar a su rival el desquite, Euwe es, ante todo, un “caballero del tablero”.

 

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Por Horacio Olivera

Machgielis (Max) Euwe nació en Watergraafsmeer, Holanda, el 20 de mayo de 1901. Aprendió a jugar ajedrez siendo muy pequeño y comenzó a participar en torneos a los diez años, haciendo rápidos progresos que lo llevaron enseguida a competencias de primer nivel, hasta alcanzar el triunfo en el Campeonato de Holanda de 1921, logro que repetiría en trece ocasiones en años posteriores. Pero no obstante sus éxitos en el tablero, Euwe no descuidó sus estudios y, mientras cosechaba victorias en torneos de importancia, en 1926 se graduó en Matemáticas en la Universidad de Amsterdam, pasando a ejercer su profesión en institutos educativos de la ciudad.

En los años que siguieron, el profesor alternó la enseñanza de las matemáticas con la participación en algunos torneos, por lo que nunca se lo consideró un verdadero profesional del ajedrez. Luego de obtener dispares resultados, ganó en 1928 el Campeonato Mundial de Aficionados. Es así que, como hacia mediados de la década del ’30 su actuación en certámenes importantes tuvo un auge notable, en 1935 Alekhine, a la sazón Campeón del Mundo desde ocho años atrás, lo “eligió” para jugar un match por el título, más que probablemente por considerarlo una “presa fácil”, que además le permitiría exculparse ante el mundo de su persistente negativa a otorgarle la revancha a Capablanca.

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Alekhine-Euwe

El match se realizó con una impronta itinerante, ya que las partidas tuvieron lugar en trece ciudades de los Países Bajos. Un Alekhine excesivamente confiado, desdeñoso del poderío ajedrecístico de su rival y bajo los efectos de su adicción al alcohol, fue sorprendido por la resistencia que el joven “aficionado” le opuso desde el primer momento y, ante el asombro del mundo ajedrecístico todo, no pudo evitar que al cabo de las 30 partidas pactadas el holandés se alzara con un merecido y sorprendente triunfo.

Como campeón, Euwe no tuvo una participación demasiado activa en torneos, producto, como ya se ha mencionado, de su calidad de “no profesional”. En 1936 ganó en Amsterdam empatado con Fine y superando a Alekhine y llegó segundo en Zandvoort. Al año siguiente ganó con autoridad el cuadrangular de Bad Nauheim-Stuttgart-Garmish, por sobre Bogoljubow, Alekhine y Saemisch.

En ese mismo 1937, y conforme su proverbial caballerosidad, otorgó el desquite a Alekhine, pero en esta ocasión no logró superar el ímpetu del ex campeón, quién lo derrotó claramente y recuperó el título perdido dos años atrás.

No fue este, ni mucho menos, el fin de la carrera deportiva de Euwe, quien se mantuvo jugando en los primeros planos del ajedrez mundial varios años más.

Durante la Segunda Guerra Mundial se negó (al contrario de Alekhine y otros) a participar en competencias auspiciadas por el Tercer Reich en la Europa ocupada y no solo eso: fue una permanente ayuda para muchos ajedrecistas perseguidos por el régimen nazi, como por ejemplo en el caso de su compatriota Salo Landau, a quien cobijó junto a su familia durante más de un año en su propia casa, corriendo el enorme riesgo que tal actitud conllevaba.

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Euwe frente a Botvinnik

Finalizado el conflicto bélico, Euwe volvió a los tableros, ganando en gran forma en Londres 1946 y alcanzando durante el mismo año el segundo lugar, detrás de Botvinnik, en Groningen.

Su estrella ajedrecística comenzó a declinar poco después, dado que en el Torneo de La Haya-Moscú de 1948, organizado para designar un nuevo Campeón del Mundo tras el fallecimiento de Alekhine, defeccionó, ocupando el último lugar, muy alejado del resto de los participantes y con solamente 4 puntos en 20 partidas.

El famoso Torneo de Zurich 1953 marcó el final de la carrera ajedrecística de alta competencia de Max Euwe,  ya por ese entonces un veterano gladiador del tablero. La actuación que le cupo en el certamen fue discreta, pero jugó en el mismo dos de las mejores partidas de su vida: con la vitalidad y fuerza de sus años de esplendor, derrotó a Geller y a Najdorf en sendas brillantes producciones.

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Euwe, presidente de la FIDE y Bobby Fischer, campeón del mundo

A partir de entonces, participó solamente en Olimpíadas representando a su patria y en algunos otros torneos menores. En 1970 fue designado presidente de la FIDE, cargo que ostentó hasta 1978. Su gestión se caracterizó, como no podía ser de otra manera tratándose de un hombre de sus calidades personales, por la transparencia y el apego a las reglas. Fue durante esos años que debió hacer frente a los avatares producidos durante el ascenso de Robert Fischer a la cima del ajedrez mundial, los reclamos del genio norteamericano, la tumultuosa realización del match con Spassky en Islandia en 1972 y, en fin, la difícil decisión, tres años más tarde , de despojar de la corona a Bobby. Probablemente sin su habilidad negociadora, su paciencia y don de gentes, los conflictos suscitados en el período de su presidencia no se hubieran zanjado tan satisfactoriamente tal y como fueron resueltos.

Pero además de todas las actividades descriptas, tuvo Euwe el tiempo para dejar escritos varios libros que, en su momento, fueron insoslayables referencias para el estudio del juego: “Tratado de Ajedrez”, “Teoría de Aperturas” y “La Defensa Francesa” son solo algunos de sus títulos más emblemáticos.

Max Euwe, deportista cabal y un caballero dentro y fuera del tablero, falleció en Amsterdam el 26 de Noviembre de 1981.


Pueden ver sus partidas ingresando al siguiente link


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