Un profesor y un abate, humildes e ignotos aficionados ambos, crean una bella obra de arte que se ancló en la historia para permanecer.
Por José Copié*

El final miniatura que muestra el diagrama data de hace más de 120 años y sin embargo no deja de asombrarnos por la belleza que de él dimana. Si esto es posible realizar en ajedrez con sólo cuatro piezas surge por sí sola la respuesta en cuanto a las infinitas posibilidades de este juego de producir arte (ver diagrama)
En enunciado de que son las piezas blancas las que ganan de por sí es paradójico, ¿como es posible cumplirlo ante la enorme ventaja material de las piezas negras? Veamos:
1.c7 Td6+
Si 1…Td2 2.c8D Tb2+ 3.Ra5 Ta2+ 4.Rb4 Tb2+ 5.Rc3 y las blancas ganan cómodamente. 2.Rb5
Es obvio que si 2.Rc5 sigue 2…Td1 y el peón blanco no corona impunemente pues la torre dispone de la casilla «c1», es tablas. Es claro que si 2.Rb7? sigue Td7 capturando el peón y frustrando las posibilidades de triunfo.
2…Td5+ 3.Rb4 Td4+ 4.Rb3
Si 4.Rc3 Td1 5.Rc2 Td4 trasponiendo jugadas se llega a la línea principal.
4…Td3+ 5.Rc2 Td4!
Esta interesante jugada es la que el Prof. Georges Barbier introdujo en la posición causando admiración en la afición ajedrecística de fines del Siglo XIX. Aunque esta idea subyacía debido a una partida disputada en 1875 en Inglaterra entre Fenton y Potter, aunque en diferente posición. Quizá Barbier recordara esa antigua partida para idear este hermoso final artístico.
6.c8T!!

Esta es la jugada que el abate Fernando Saavedra ideara a poco de conocerse la miniatura que publicara el Glasgow Citizen Weekly, aunque con los colores invertidos (Blancas: Ra8 y Td4. Negras: Rb3 y peón en c2). Veamos que sucede si se promociona en dama; como no cabe duda sería la intencionalidad de muchos aficionados y que casi por instinto lo hizo El Prof. Barbier. El poseer una dama es algo muy preciado… pero en ciertas circunstancias. Vemos la coronación del peón en dama: 6.c8D? Tc4+!! 7.Dxc4 y tablas, ¡fantástico el rey negro esta ahogado!
6…Ta4
Evita la amenaza de mate en «a8″… pero sigue:
7.Rb3!
Y las blancas ganan por la doble amenaza de mate en «c1» con la torre y el ataque a la pieza adversaria; no es posible solucionar ambos embates.
Esta obra de arte luego pasó a denominarse como de Barbier-Saavedra de acuerdo a las reglas de la composición. Aunque hay quienes lo denominan composición de Saavedra-Barbier, ya que un simple aficionado como lo era el clérigo Saavedra no sólo enriqueció la obra mediante una fantástica promoción menor sino que situó a la misma en el pináculo de la fama, resistiendo la prueba del tiempo y siendo referencia obligada para aficionados, maestros e incluso campeones del mundo; como el GM Anatoli Karpov que la empleó en más de una oportunidad en sus escritos. Hay quienes se han preguntado: ¿Quién de ambos compositores tiene más mérito? En realidad es un mérito colectivo ¡todo el ajedrez los es! Más allá de las creaciones individuales, los logros, los descubrimientos; todo responde a un proceso evolutivo-colectivo, la cultura de la humanidad es un proceso de tal naturaleza.
- José A. Copié es GM (ICCF) autor e historiador.