Aaron Nimzovich, el creador del ajedrez hipermoderno

Su nombre está indisolublemente asociado a un nuevo enfoque del ajedrez, que vio la luz en la primera mitad del Siglo XX.
Juegan todos y ganan
Su nombre está indisolublemente asociado a un nuevo enfoque del ajedrez, que vio la luz en la primera mitad del Siglo XX.
Su obra y sus enseñanzas han permanecido como referencias insustituibles para el estudio y el perfeccionamiento del juego de los ajedrecistas de cualquier nivel.
Su nombre está indisolublemente asociado a un nuevo enfoque del ajedrez, que vio la luz en la primera mitad del Siglo XX. Jugador de nota, didacta y autor de libros de eterna vigencia, fue el creador de la llamada “Escuela Hipermoderna”, en contraposición a la “Escuela Clásica”, sostenida por el dogmático jugador alemán Dr. Siegbert Tarrasch.
Su personalidad explosiva y contestataria, la manera en que sostenía sus principios ajedrecísticos, las enseñanzas que impartió a sus discípulos y su protagonismo central en el ajedrez durante casi cuarenta años, hicieron de él una figura excepcionalmente singular en la historia del juego.
En el Olimpo de los grandes ajedrecistas de la historia, Emanuel Lasker ocupa, sin duda alguna, un destacado sitial. Campeón Mundial durante veintisiete años ininterrumpidos, hizo falta un talento de las dimensiones de Capablanca para arrebatarle el título.
Se suele adjudicar a algunos ajedrecistas el oficioso título de “Campeón sin corona”, cuando pese a sus sobresalientes actuaciones y merecimientos sobrados, no alcanzaron la cima absoluta. Paul Keres y Viktor Korchnoi se inscriben en ese rango de jugadores. Pero
Los cambios de nacionalidad, las deserciones, los desarraigos y los exilios, fueron noticia permanente durante los años de la “Cortina de Hierro” y aún después. El ajedrez de alto nivel, como toda otra disciplina de relevancia intelectual, no fue ajeno