Napoléon Bonaparte, el ajedrecista

¿Será pecar de vanidad para nosotros, ajedrecistas, suponer que el ajedrez, su pasión, contribuyó de alguna manera a la formación de su talento estratégico?
Juegan todos y ganan
¿Será pecar de vanidad para nosotros, ajedrecistas, suponer que el ajedrez, su pasión, contribuyó de alguna manera a la formación de su talento estratégico?
Arduo y ocioso para el objeto de estas páginas de ajedrez, sería el presentar al personaje en toda la dimensión que tuvo en su desempeño público, tanto militar como político; aquí nos referiremos solamente a la afición que Bonaparte cultivó con pasión a lo largo de su vida: el ajedrez.
El gran escritor norteamericano Edgar Allan Poe (1809-1849), que descolló tanto en poesía como en cuentos, tuvo una mirada muy crítica sobre el ajedrez, al que le dedicó un trabajo específico en el que se refirió a un supuesto autómata